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Bares

Carmen Ollé

Leído por Cécica Bernasconi

Vivir es alegre, los he oído reír cada vez
más fuerte y seguían cada vez más alegres,
la noche se apiada de mí porque no siento
vergüenza.
Y una más pide el más ronco que traga sin ser
procaz porque es suave y delicado, adora la
botella como una nalga de mujer
a grandes sorbos.
Aquél sí es de los peligrosos: roba mata miente
y es astuto, pero cuando pasa próximo a mi mesa
sus grandes ojos de arañas sedosas se deslizan
como un tigre en mi regazo. Por fin siento
que he viajado.

Del libro Todo orgullo humea la noche (1988)

El autor

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