Borges y el amor
“Muchas cosas he leído y pocas he vivido”, decía Jorge Luis Borges, quien lo mismo hablaba el antiguo idioma de los vikingos que relataba las sagas nórdicas del siglo XIII. El genio indiscutible, el escritor memorioso, políglota, intérprete de los laberintos, de los espejos, del tiempo o del carácter ilusorio de la realidad tenía un profundo conocimiento de todo. Menos del amor.
Aunque escribió muchos poemas, solo escribió un cuento (“Ulrica”) sobre el amor, aunque al final del mismo la protagonista más parece una ilusión del enamorado Javier Otárola que una mujer de carne y hueso. En uno de sus grandes poemas, “El amenazado” es bastante explícito: “Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir”.
Su vida sentimental fue un fiasco tras otro. Se fijaba, por lo general, en mujeres muy cultas e inteligentes que no le correspondían. Son conocidas sus relaciones, más amicales que amorosas, con Norah Lange, su hermana Haydée, Margarita Guerrero, Estela Canto o María Esther Vázquez.
A los 67 años contrajo matrimonio por primera vez con Elsa Astete Millán, viuda de 57. Pero el matrimonio apenas duró 3 años. Tiempo después, Elsa expresó las dificultades de convivir con Borges porque era “etéreo e impredecible. No vivía en un mundo real”.
Sin embargo, biógrafos, freudianos y estudiosos de su obra en general apuntan a un motivo menos abstracto: Leonor Acevedo, madre de Borges. Dicen que la noche de bodas. Borges durmió en casa de su madre porque ella consideró que aquella noche las revueltas agitaban Buenos Aires con una ferocidad particular. Elsa se marchó sola a la casa matrimonial.
Doña Leonor lo acompañaba en los viajes y era su lazarillo desde que Borges empezó a perder la vista cuando tenía 38. Doña Leonor ejercía un control severísimo sobre las mujeres que su querido Georgie pretendía, pero también le transcribía los textos, atendía sus comidas, le preparaba la ropa e iban juntos al cine. De hecho, salvo los 3 años que vivió con Elsa Astete, madre e hijo vivieron juntos hasta que Doña Leonor falleció, a los 99 años (Borges tenía 76). Dicen que después de muerta, Borges mantuvo intacta la habitación de la madre, incluso con un vestido lila encima de la cama, como si algún día fuera a volver para usarlo.
Una vez huérfano, Borges estrechó la relación con María Kodama, de menos de 40 años, con quien estudiaba anglosajón e islandés antiguo. Ella empezó a acompañarlo en sus múltiples viajes por el mundo y se volvió imprescindible. Juntos escribieron Atlas (1984), en el que Borges y Kodama aparecen en la portada volando en globo sobre Napa Valley, en California. El libro contiene fotos de la pareja con máscaras de Halloween, posando con un camello en Marruecos o al lado de unas pirámides mexicanas.
Unos meses antes de que Borges muera, la pareja contrajo matrimonio y ella, aunque ya existía un testamento previo que le otorgaba todos los poderes, se convirtió en su heredera y en la albacea de su obra. Así fue como Borges, en el lecho de muerte, selló el más grande acto de amor de su vida.
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 - Ginebra, 14 de junio de 1986)