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Manuel González Prada

Amor y anarquía

La idea era echar un vistazo, nada más. Asomar por la juguetería de don Francisco del Campo en la calle Plateros de San Pedro (actual primera cuadra del jirón Ucayali en el Centro de Lima), era para Adriana de González Prada y Alfredo, su hijito de 9 años, una suerte de ritual porfiado. Siempre, los dos, llegaban a la conclusión de la urgente necesidad de comprar el juguete que era la novedad del momento.

Fue en esa Lima plácida de inicios de siglo que Adriana alumbró la idea de comprar para su hijo como regalo para el Año Nuevo de 1901 una primorosa maquinita para imprimir tarjetas de presentación. La familia, ya sea por la ascendencia francesa de Adriana o por los años que transcurrieron paseando por Europa, cultivaba la tradición de regalar al niño el día que el calendario cambiaba de año y no en las Navidades, como es la religiosa costumbre limeña.

Pronto Alfredito pasó de las tarjetas a las listas de sus compañeros de escuela y finalmente a los versos que su padre, don Manuel González Prada, le entregaba en forma de rondeles y sonetos escritos ex profesamente para su impresión. De esas hojas sueltas, nacidas en el más puro seno de amor filial, es que asomó por la historia el primer impreso poético de don Manuel, “Minúsculas” (1901), una delicada y artística colección de poemas recopilados e impresos por madre e hijo y que constituyen el mejor homenaje a quien fuera el más grande libre pensador que haya nacido en el Perú.

“Minúsculas” en su primera edición de 100 ejemplares fue obsequiada al círculo más íntimo del escritor y no fue hasta el año 2015 que las generaciones actuales pudieron conocer una versión facsimilar gracias al empeño de la Academia Peruana de la Lengua que reprodujo uno de los ejemplares de aquella edición.

González Prada ha trascendido en la historia como el fustigador inclemente de la realidad social del país, mas esta arista de justicia y verdad que reclama el ensayista no sería posible si no se elevara sobre la sensibilidad y amor que habita en el alma del poeta. No está ni siquiera perfilado su legado si se prescinde de su obra lírica, que a decir de Jorge Basadre, es fruto de la laboriosidad y la búsqueda de la belleza.

Luego, en 1909, de modo anónimo don Manuel publicaría los poemas satíricos de “Presbiterianas” y ya con su nombre y firma, su original y pionero libro de versos “Exóticas” (1911). El resto de su obra poética, “Trozos de vida”, “Libertarias”, “Adoración”, entre otros textos, fue publicado después de su muerte, acaecida hace 100 años, el 22 de julio de 1918.

Y cada uno de estos libros póstumos fueron publicados por Alfredo y esa indesmayable y amorosa tarea que empezó con una pequeña imprentita de juguete.

Manuel González Prada

Lima, 5 de enero de 1844 - 22 de julio de 1918

Poemas

Daniel F.